Esta imagen es profundamente simbólica: muestra la remoción
de dos figuras icónicas de la izquierda latinoamericana, desde la raíz, en uno de los parques de la alcaldía
Cuauhtémoc, una de las más importantes y representativas del país. No es solo
el retiro de estatuas, sino un acto cargado de significado político y cultural.
Representa una postura firme frente a símbolos socialistas que, para la gran mayoría
de los mexicanos, no apoyan, y no representan los valores que la gran mayoría
de los mexicanos quieren construir en su país. En una ciudad tan diversa como la Ciudad de México, y
especialmente en una demarcación tan estratégica como Cuauhtémoc (el corazón
político y administrativo del país) , este tipo de acciones marcan un
precedente. Es una declaración clara: ¡hay un nuevo rumbo, y la
sociedad comienza a cuestionar a quiénes elegimos y quienes están actualmente
en el poder en México!
Fuente: Tomada de X
El hecho simbólico ocurrido en la alcaldía Cuauhtémoc, ubicada en el corazón de la Ciudad de México (literalmente, ya que alberga tanto el Palacio Nacional como el Ayuntamiento de la CDMX) marca un momento político y cultural significativo. Esta demarcación está gobernada por la oposición al gobierno federal de corte socialista, específicamente por una coalición de partidos conocida como el Frente Amplio por México, integrada por el PRI, PAN y PRD.
La alcaldesa, Alessandra Rojo de la Vega, surgida de esta alianza, es una reconocida activista social y defensora de los derechos de las mujeres. Su trayectoria profesional es amplia: desde 2012 ha trabajado en el área de Comunicación Social del Gobierno del Estado de México, formó parte del equipo del expresidente Enrique Peña Nieto, fue diputada local en la CDMX entre 2018 y 2021 bajo la bandera del Partido Verde, y ha ocupado cargos como directora de Desarrollo Social en la alcaldía Miguel Hidalgo. Además, es fundadora de iniciativas como Efecto Más y Media y MUI México, y ha trabajado en estrategia digital dentro del PRI capitalino.
Fuente: Foto tomada de X
Recientemente, tomó la controvertida decisión de remover dos estatuas que, aunque no muy relevantes para la mayoría de los ciudadanos, estaban instaladas desde hace años en un espacio público. Este acto, aunque simbólico, podría marcar el inicio de una resistencia real frente a la narrativa y los símbolos impuestos por el actual régimen federal. En otras palabras, representa una declaración política clara: el actual modelo de gobierno no está generando beneficios tangibles para la sociedad mexicana.
Entre las estatuas retiradas se encontraba la de Ernesto "Che" Guevara, un personaje que, si se analiza críticamente fuera de la narrativa oficial —que lo ha romantizado—, también representa aspectos oscuros de la historia latinoamericana. Guevara participó activamente en la imposición del comunismo en Cuba junto a Fidel Castro, y su figura está asociada no solo con ideales revolucionarios, sino también con represión, violencia y autoritarismo.
Cuba, hoy en día, enfrenta una grave crisis social, política y económica. Es un país que literalmente se cae a pedazos por un régimen que ha empobrecido a su gente, restringido sus libertades y perpetuado un sistema fallido. El Che, como ideólogo y ejecutor de esa revolución, promovió no solo la lucha armada en Cuba, sino también en otros países como el Congo y Bolivia, donde finalmente fue capturado y ejecutado. Su legado incluye fusilamientos extrajudiciales, la persecución de opositores y la imposición de una ideología por la fuerza.
Por eso, remover estatuas que glorifican a figuras autoritarias no debería ser motivo de escándalo, sino de reflexión. Este tipo de acciones invitan a revisar críticamente a quiénes decidimos homenajear en los espacios públicos y qué valores queremos proyectar como sociedad. En este contexto, el acto de la alcaldesa no es menor: es el inicio de un debate necesario sobre la historia, la política y el rumbo de nuestro país.
Y revisando mi cuenta de X, encontré un tweet de otra política mexicana que hablaba de quitar estas estatuas desde julio de 2024, y ahora un año después es realidad.
Resulta que la política que realizo esta publicación se llama America Rangel, y es parte del partido político de Acción Nacional, en su sitio web viene una semblanza de su trayectoria profesional:
Cómo pasa el tiempo, y cómo puede cambiar tanto un país de un año a otro. Lo que estamos viendo hoy es, quizás, el comienzo de un cambio profundo. Puede que tome años recuperar el rumbo y reconstruir lo que se ha perdido, pero cada paso forma parte de una lucha necesaria contra lo que está mal, en favor de lo correcto y del beneficio de todos los ciudadanos. Este es solo el inicio, pero todo cambio verdadero empieza con una decisión valiente.
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